Si bien he pescado infinidad de veces el Lima Superior y casi siempre con buenos resultados, esta vuelta tuvo un sabor distinto
Pesqué las mismas buenas truchas, "las superiores" que yo les llamó, pero también las pesqué junto a mi himno. que un par de años menor que yo e integrante de un grupo de 9 hermanos que somos , es el único tan fanático emocional -como quien escribe- de pescar... donde sea.
La vida ya en el orden de los 40 pirulos, ha marcado rumbos y caminos en la vida de cada cual. Vidas alejadas, familias formadas y cuestiones de prioridades económicas (hijos, pago de escuelas, etc.),hacen que esa hermandad se vea desfigurada de aquella que teníamos cuando éramos niños o pre-adolescentes.
Pues bien, esta vuelta nos decidimos y pese a todos los inconvenientes que pueden tener un par de porteños -casado con hijos, pagos, gastos, compromisos sociales y bla, bla, bla- pusimos fecha y concretamos esta salida.
Aclaro que yo pesco dos veces al año ese río y en ese tramo (apertura y cierre), pero mi hermano no lo había pescado nunca, sólo una vez, hacía como 7 años y con resultados piscatorios que tenín como protagonistas a alguna AI de 500 grs y a lo sumo una marroncita residente de kilo. Nunca más lo flotó. Pero yo quería que él vuelva. Le tenía fe. Y no me equivoqué... es mi hmno, no?.
Hasta último momento no sabíamos si viajábamos o no. No sabíamos si podríamos estar flotando juntos el Limay Superior. Pero, pese a los contratiempos de esposas, trabajo y vuelos retrasados, llegamos ese vier. 1 de noviembre a Bche, y de allí a las cabañas de Dina Huapi. No dormimos nada esa noche, ninguno de los dos, no nos mintámos. Qué ansiedad...!!
El guía ese sábado 2 de nov. nos paso ó a buscar a las 7.30 como nos había dicho (nosotros estábamos despiertos desde las 6.00).
Pescamos todo ese sábado y todo ese domingo, flotando el Limay Superior (qué río!!) hasta que debimos regresar ese domingo para tomar el vuelo nocturno de regreso al hogar, de regreso al a la realidad.
Fueron dos días a full. A full de emociones, a full de reencuentros, a full de "competencias sanas". A full de charlas, de vinos, de almuerzos, de chanzas, de cargadas sanas, de seriedades y cenas con protagonistas de turno y comentando de todo lo que en la vida nos pasó; porque -aunque sea obvio- fue esa misma vida la que nos vio nacer y criar en el mismo lugar. Estas pescas de las que les hablo - si se entiende lo que digo- son antológicas.
Y no me excuso en que estas pescas de hermanos son valoosas se pesque o no (no lo niego eso) pero en este caso - de yapa, de regalo digamos- además de pasarla de 10 entre hermanos, pescamos muy bien.
Fueron en total unas 30/35 truchas, de las cuales podemos rescatar todas (el proemedio fue un kilo) pero hubo unos 5/6 pescados de esos grandotes, de los "gruesos".... Esas AI formadas como pelota de rugby y esas marrones plateadas que cual salmones saltan a por doquier haciendo splash y sacando la línea de la mano, y que con sus 3 o 4 kilos de peso hacían temblar nuestras varas N6. De esas truchas que yo llamo "superiores". Qué lindas!! y pescada entre hermanos.. Qué mas!?. Nada.
Como sea, y ahora siendo objetivo, les comento que las truchas buenas están en el Limay y que son pescables; pero eso sí, más allá de la hermandad, le pusimos todo el lomo para pescarlas ya que fue tirar palo y palo sin descanso, en cada lugar "hot" para ver si alguna se levantaba (y alguna se levantó...!)..
En conclusión, un viaje con uno de mi hmnos con quien no pescaba hace años, que me reportó mucho a nivel pescador y mucho más a nivel personal, si que se puede hacer alguna diferencia entre esos dos aspectos.
Un sdo a todos.