Chile se encuentra entre los mejores países del mundo (junto con Nueva Zelandia, Noruega, Sur de África etc) para el desarrollo de la pesca deportiva, especialmente de las especies salmonideas que son la mas cotizadas entre pescadores provenientes de diferentes países.

También, a nivel turístico, la pesca produce los mayores ingresos en moneda extranjera además de ser una actividad de bajo impacto ambiental.
Los destinos turísticos del sur de Chile como Pucon nacieron en el siglo pasado supuestamente para atender la demanda de pescadores de todo el mundo y especialmente de norte América.
Para eso nació en año 1939 el Gran Hotel Pucon y atrás de el varios hoteles mas familiares y de gran tradición (como el Antumalal) para atender las altas exigencias de pescadores que sin regatear precios querían ser bien atendidos.

Un pequeño ejército de guías de pesca los esperaba para bajar con gran pericia los ríos Trancura y Liucura con los típicos botes de madera de Coihue. Los mismos rápidos que hoy son recorridos por balsas de rafting también eran bajados por esos hábiles pioneros que habían entendido rápidamente el beneficio económico y social que la pesca deportiva podía representar para toda la comunidad.

¿Que paso después?

Actividades más masivas como rafting, canopy, paint ball y muchas más abrieron paso a un turismo muy diferente  provocando un total descuido de los recursos ambientales, relegando a la pesca deportiva a un segundo plano. Más difícil para estos nuevos turistas y agencias era ver como dedicados a excéntricos estaban dispuestos a botar su dinero para una actividad aburrida, además de que devolvían al agua las tan preciadas presas atrapadas con esfuerzo!
Algo difícil de entender.

Y me pregunto ¿Alguna vez ustedes vivieron la emoción de bajar un río entre bosques nativos, aves, vistas de volcanes y de repente lograr atrapar una trucha fario?
Bueno, solamente después de vivir esa experiencia podrán opinar y se darán cuenta de que además el famoso tamaño de los peces es algo que pasara en segundo plano, especialmente si eligieron pescar con la modalidad de la pesca con mosca.

Un dicho dice  que si trasformas a tu hijo en un pescador tendrás un amigo para siempre. Eso es cierto.
Mi papá (de origen Suizo, llego en los años 50 a vivir a Pucón)  logro entusiasmarme y así probablemente cambiar mi vida para siempre cuando me dejó atrapar una pequeña trucha arco iris lanzando con spinner desde las orillas del río Liucura.
Mi hijo por suerte vivió la misma experiencia y espero muchas otras generaciones la puedan vivir.

Hoy, un poco escondidos, silenciosos pero expertos aun existe este pequeño ejercito de guías dispuestos a hacerte vivir una real experiencia de vida. Solo tienen que probarlo.

Por: Jony Ganahl

www.offlimits.cl