Estacioné a unos 15 metros del arroyo. Me asomé al pool a mirar el espectáculo de sábalos y dorados en aparente equilibrio. Estaba por comer una Vauquita cuando aparecieron dos amarillos en formación veloz y prepotente. Un sábalo se equivocó y la pasó pésimo. Automáticamente hubo otros ataques en diversos puntos del arroyo. Cuando uno caza detona al resto.
Armé el equipo 3 y até al cable un zonker gris y plateado en anzuelo 6. Esperé un rato con la línea fuera del reel hasta que vi venir un par estelas. Hice un cast un metro delante, uno tocó la mosca pero no tomó. Un strip largo y volvió a cargar, esta vez tomó.
Lo siguiente fue armar el equipo 2 y atar una larva de caddis para ir por las chanchitas. Estaban matreras como siempre. Espante las primeras dos. Me acerqué a otras dos arrodillado, hice un cast y saqué la primera en varios meses. No puedo definir en palabras la satisfacción…
Tuve otras dos situaciones, hice 3 tiros más y saqué dos. Fue uno de esos días.
Volví a buscar la 3 para tratar de hacer el grand slam local: dorado, chanchita y tararira.
Recorriendo la costa espanté una sin remedio. Seguí buscando y nada. Cuando estaba por abandonar, mirando una nube de sabalos merodear tranquila, de golpe apareció ante mi vista una tarucha. Siempre estuvo enfrente mío pero su mimetismo con el fondo era perfecto. La cercanía de los sabalos hizo que se moviera ligeramente y cambiara de color, por eso la vi. Tire pasado y le crucé el zonker por enfrente, fue automático. Corrió mucho y pegó un par de saltos, era un verdadero saurio. Cuando estaba cerca de la foto se soltó y me dejó con las ganas.
Vuelvo el Lunes por más.