Los mosqueros derivamos gran parte del tiempo estudiando mapas mientras soñamos con la siguiente aventura. La gran pregunta es como un mosquero medianamente cuerdo puede elegir entre un tarpón casi tan grande como el bote entrando a un flat, una trucha comiendo delicados mayflies en aguas tan claras como el aire o un dorado que aparece de la nada como un felino entre las ramas. Como podemos elegir entre resplandecientes dorados o tapones, briosas arcoiris o astutas marrones, o entre cientos de aguas diferentes y personales que podemos tener cerca o del otro lado del mundo.
Todos los pescadores tenemos nuestros lugares secretos, ríos y lagos de aguas cristalinas que nos han tratado bien.A lo largo de la vida volvemos a ellos una y otra vez notando en cada ocasión los profundos cambios que cada temporada va dejando en ellos .
Medimos nuestro éxito comparándolo con el de pasadas visitas siempre anhelando poder acumular más recuerdos de truchas y otros peces tomando nuestras moscas mientras el sol y el paisaje reconfortan nuestro cuerpo y alma.
Hace algunos años me di cuenta que la intoxicante atracción de mis lugares favoritos necesitaba un antídoto que me liberara permitiéndome explorar nuevos lugares y seriamente me pregunte si no seria fantástico dejar pasar las futuras temporadas pescando un agua nueva en cada salida. Es así que arme un equipo de pesca minimalista y ayudado por la tecnología moderna que nos permite ver la tierra como la ven las aves, salté decididamente hacia desconocidos Nirvanas, en nuestra tierra y más allá de nuestras fronteras.
La vida de un mosquero sin aventuras nuevas puede tornarse monótona aunque saquemos buenos peces y a pesar de las ataduras que todos tenemos en nuestras vidas cotidianas no tenemos que dejas que esto impida embarcarnos en una nueva y desafiante aventura de vez en cuando.
Al comienzo la sola idea de abandonar mis zonas de confort me aterrorizaba y no creí posible que pudiera sentirme confortable en aguas nuevas cada vez, sin embargo todos los sitios habitados por peces posibles de ser capturados con una mosca tienen mucho en común y las experiencias del pasado pueden guiar nuestros pasos con seguridad una vez que aceptamos el desafío de pescar en terreno desconocido con la mente bien atenta a los detalles que llevamos tal vez un poco escondidos de vivencias pasadas.
Las aguas soñadas existen y son tan variadas como las piedras del fondo de un arroyo, muchas estarán muy alejadas y posiblemente solo logremos visitarlas a través de algún relato sin llegar a visitarlas nunca pero después de todo a veces la mejor pesca no está en el agua sino en los buenos cuentos.
Mi peregrinación por infinidad de aguas me ha servido para liberarme definitivamente de mis antiguos sitios preferidos donde me sentía tal vez, demasiado cómodo; un verdadero despertar hacia un nuevo y vasto universo de la pesca con mosca donde cada lugar es diferente y único. Esta nueva forma de pescar me ha servido de nexo para un montón de vivencias nuevas que han enriquecido en gran manera lo que había hecho por años. De repente la geología de cada lugar ha pasado a ser algo de gran interés, así como el clima, los insectos locales, las diferentes variedades de truchas y otros peces y sobre todo la gente de cada lugar, su forma de vida y sus peculiares costumbres que me han enriquecido como persona.
Hace pocos días , mientras una robusta caddis de CDC flotaba directo hacia otra buena marrón en un arroyo de Idaho llamado Rock Creek, pensé en los miles de lugares qué hay para descubrir si somos un poco ambiciosos aprovechando las posibilidades de la tecnología moderna. Antes explorábamos durante horas mapas de papel estudiando las líneas de nivel, hoy vemos el río o lago mismos desde el aire como las aves, por lo que no hay excusa para no combinar esto con los cuentos de los pescadores locales en cada lugar abriendo una puerta hacia lugares que nunca imaginamos pero son tan reales como la boca del Chimehuin, el Malleo, Río Grande o el Limay.
Mi jornada esta vez me llevo por el oeste americano, tierra de cowboys y bisontes, reservas indias y grandes parques donde la naturaleza perfectamente preservada quita el aliento.
Las montañas Tetons rivalizan con Los Andes no en altura pero si en belleza.En los Valles valles corren cientos de ríos muy bien poblados de truchas y otros peces como whitefish y suckers.
Wyoming es un estado que todavía mantiene el sabor del “Viejo Oeste” y de los duros pioneros. Para mi las aguas más interesantes para pescar son las alejadas del potente magneto del Parque Yellowstone que sin dudas es un sitio espectacular lo mismo que sus históricas aguas y todos deberían pescar al menos una vez.
Esta vez decidimos pescar la zona del Wind River en la zona central de Wyoming y algunas aguas de Idaho. Las montañas en este área pueden alcanzar la misma altura de nuestro volcán Lenin y permanecen nevadas aún en verano. Las temperaturas extremas son comunes, y una helada o nevada pueden aparecer de golpe en las zonas altas. Las tormentas eléctricas con lluvia y granizo son muy frecuentes pero al mismo tiempo tenemos días de sol radiante e intenso calor.
Esta vez no pudimos ir a caballo a los lagos de altura, hay más de mil, porque dos del grupo pescaron una gripe fatal que no hubiera mejorado acampando por lo que nos mantuvimos en los valles pescando el Wind River y otros ríos cercanos.
Como llegamos algo temprano en la temporada la mayoría de los ríos mayores como el Snake en corrían bastante turbios por el deshielo y algunas lluvias fuertes en la zona. Varias tormentas cortas pero violentas de agua, granizo y viento no ayudaron para que aclararan por lo que decidimos salirnos completamente de los senderos marcados explorando ríos chicos que por su complicado acceso casi ni son visitados . De hecho no nos cruzamos con otros pescadores salvo en la punta de un lago donde inexpertos turistas lanzaban alguna cuchara al agua con la gracia que otorga haber comprado el equipo en alguna gasolinera del camino poco entes antes de llegar al campamento.
A diferencia de Nuestras aguas los insectos son mucho más abundantes en estas latitudes. Como la mayoría de los ranchos se dedican a producir pasto para el ganado en los ríos de baja altitud los hoppers se dan por millones y las truchas no dudan en agarrar cada uno que aterriza en el agua. Los ríos de las praderas son muy meandrosos y corren sobre un fondo de roca caliza, arena o piedras muy finas. En cada curva Cavan un socavón Perfecto para las truchas. Siendo la cutthroat la especie dominante. Esta pariente de las arcoíris es de colores más delicados, luciendo una tonalidad dorada con finísimas manchas en los laterales y la característica franja anaranjada o roja en la garganta, por la que reciben el nombre de degolladas.
En algunos ríos son genéticamente puras y en otros se han hibridado con las abundantes arco iris por lo que algunas variedades de cutthroat están perdiéndose.
Las cutthroat, antes llamadas speckled trout son las truchas nativas de la costa oeste de América del Norte llegando desde Alaska hasta California. Hay más de 23 subespecies o razas y cada una es única. Las cuts pueden mezclarse en las arco iris en el desove por lo que algunas razas nativas de cuts se han perdido por hibridación. Son invariablemente hermosas exhibiendo una amplia gama de coloraciones según el lugar donde las pesquemos. Algunas tienen el dorso Oliva que se convierte en plateado en los flancos mientras otras son muy doradas o casi anaranjadas. Debajo del maxilar inferior todas llevan unas líneas de color anaranjado o rojo brillante, colores que pueden estar también el los opérculos. Las manchas son muy delicadas y bien diferentes a las de nuestras truchas.
Grandes stoneflies aparecen en las zonas rocosas de aguas rápidas en números que cuesta creer por lo qué hay que tener unas cuantas moscas que las imiten como las Golden Stone de Bob Jacklin que a pesar de ser un diseño antiguo sin nada de foam, pareciera ser una golosina para las truchas buenas, especialmente las marrones.
Es notable la cantidad y calidad de marrones buenas en algunos ríos chicos que pescamos. Hubo momentos en que en cada pocket pinchábamos una marrón entre 15 y 22 pulgadas y la actividad se mantenía todo el día sin importar que el sol cayera a plomo y sin piedad sobre nuestras espaldas. Nunca pensamos que podía haber tan buena pesca fuera de nuestra Patagonia o la chilena pero evidentemente estábamos totalmente equivocados.
En varios lugares que pescamos como el Moose Creek y el Rock Creek las cutthroat no son nada selectivas, una Royal Wulff o similar que flote bien es todo lo que necesitamos para estas truchas que salen a tomar las moscas de socavones y ramas como si fueran taruchas.Las cutthroat no pelean tanto como las arco iris pero saben muy bien donde cortarnos el leader. Las marrones sin embargo parecían cargadas con una energía inagotable ya que subían río arriba en contra de la corriente o bajaban a toda velocidad entre las piedras obligando a buenas carreras para no cortar varias de las cuales terminaron con nuestra anatomía aterrizando forzosamente en el agua de un modo para nada elegante.
Los primeros días los pasamos en el rancho de un gran amigo en el límite entre Idaho y Wyoming por donde corre un buen arroyo muy bien poblado de una hermosa variedad nativa de cutthroat, la fine spotted Snake river cutthroat, ademas de marrones como las nuestras. El arroyo corre a través de varios ranchos privados y solo puede pescarse con permiso de los dueños ya que en Wyoming los propietarios son dueños del fondo de los ríos por lo que en los cauces chicos donde no se puede flotar no hay acceso público. Incluso flotando uno no puede bajarse a pescar vadeando.En otros estados como Montana se puede caminar por la orilla entrando por accesos públicos pero en Wyoming es más complicado sobre todo si los dueños han puesto carteles sobre los postes advirtiendo que violar una propiedad privada es un delito serio que puede terminar en la cárcel.
Hace un tiempo los dueños de campos si uno pedía permiso dejaban pescar en sus aguas, pero los pueblos cercanos no han parado de crecer, nuevos dueños han reemplazado a los originales y ya no es tan sencillo conseguir permiso aunque todavía en las zonas alejadas es normal luego de una charla y unas cervezas. Por eso es importante contar con algún amigo que viva en la zona, sea pescador y haya tejido a lo largo del tiempo las conexiones necesarias para abrir las tranqueras que están cerradas.
Sin embargo hay mucha agua pública para pescar porque los estados entendiendo el potencial del turismo compran muchos campos transformándolos en reservas abiertas al público y esta todo perfectamente indicado al comprar las licencias de pesca. Hay oficinas en cada pueblo que informan acerca de cómo llegar a las tierras públicas y guías que ilustran cada zona en Perfecto detalle,
En los fly shops como venden salidas guiadas mejor ni preguntar porque no largan prenda ni siquiera haciendo una buena compra de moscas, leaders y otros accesorios. Esta vez nos divertimos mostrándoles fotos de buenas truchas siendo tan evasivos como ellos cuando nos preguntaban donde habíamos pescado.
Nunca había pescado cutthroat en tal cantidad; en una visita anterior al parque Yellowstone habíamos logrado algunas pero con cierta dificultad ya que los ríos más conocidos reciben una buena presión durante la temporada de pesca. En el Rock Creek que corre por más de 10 kilómetros en el campo de nuestro amigo el pasto y los sauces parecían cubiertos de insectos especialmente caddis y craneflies. Las marrones y cutthroat parecían tomaban con firmeza la mayoría de las moscas bien presentadas, especialmente todo tipo de caddis y terrestrials.
Como el arroyo tiene muchos sauces que se usaron para estabilizar las orillas hay muchas ramas secas en el agua y muchas truchas buenas se fueron con las moscas entre los palos.
Cerca de Dubois el Wind River comienza como un río pequeño saliendo del Wind River Lake, y retiene esa característica por un largo tramo hasta alejarnos al oeste de Dubois. Hay buenos accesos públicos en la zona hasta llegar a la reserva Shoshone unos 20 kilómetros al oeste. El río tiene muchos arbustos en las riveras y es Perfecto para una caña chica con secas y ninfas.
La fauna es muy abundante y no es raro ver cuervos como el whitetail o los elk pastando en las zonas bajas cerca de los arroyos. También vimos muchos bisontes cerca de Jackson Hole y algunas manadas de antelopes o pronghorns que nos asombraron por su velocidad en carrera.
Diferentes sonidos son parte del paisaje, el canto melancólico de los somorgujos o loons en las aguas quietas, el silbido agudo de las rapaces en lo alto, y las interesantes conversaciones de muchos pájaros diversos entre los arbustos que se suman al llamado de las marmotas y perritos de la pradera cuando advierten nuestra presencia y desaparecen de un salto en sus madrigueras.
No vimos osos pero si advertencias en la forma de carteles y huellas en las zonas más boscosas o cerca de los lagos. Teníamos varios sprays de pimienta por las dudas aunque no creo que sirvan de mucho ya que recomiendan esperar a que el oso esté a tres metros antes de rociarlo y francamente preferiría un buen magnum en la cintura que en esta zona no está permitido así que seguro punto para el oso si aparece con ganas de probar un mosquero.
El cañón del Wind River es otro lugar muy bueno con buen acceso para los pescadores a pie, hay buenas truchas en los pockets y canales pero estaba turbio cuando lo miramos. Parte del Wind River corre dentro de una gran reserva indígena y si queremos pescar dentro además de la licencia de Wyoming tenemos que pagar una licencia a la reservación que cuesta unos 90 dólares por semana. Cada estado tiene una licencia aparte lo mismo que las reservaciones y algunos sitios muy especiales por lo qué hay que ir preparados.
Muchos ríos corren a través de inmensos prados color esmeralda sembrados con posturas para el ganado. Sauces bajos y achaparrados cubren las suaves orillas que están profundamente socavadas por lo qué hay que caminar con cuidado para no espantar a las truchas que pueden estar literalmente abajo de donde pisamos.
La mejor táctica resultó llegar caminando muy suave, bien agachados para que el pasto alto nos cubriera y Castelar nuestras secas contra la otra orilla tratando de que derivaran sin drag. En otros momentos bastaba con bajarlas delante nuestro haciendo una especie de dapping.Las truchas salían de abajo y picaban con ganas pero rara vez se alejaban mucho del socavón o repetían la tomada. Otra buena táctica era tirar un hopper al pasto del otro lado para luego bajarlo al agua como si lo hubiera tirado el viento.
En uno de los ríos, creo que se llamaba Elk Creek, la eclosionarlo de caddis en las aguas rápidas era intensa, justo en el chorro de agua blanca donde la corredera se convertía en Pozón las truchas subían una tras otra. Todas las imitaciones de caddis funcionaron pero las de CDC fueron mortales en color gris amarronado con panza beige. Recuerdo una marrón que tomó adelante de una piedra grande que rompía la corriente, primero corrió enloquecida río arriba casi llegando al backing mientras mi viejo Hardy Perfect sonaba como una sirena. Hacia tiempo que no usaba un reel a click y me había olvidado el poco freno que tienen. Como pude saltando entre las piedras la seguí río arriba pero no aflojaba, cuando la tuve cerca de largo río abajo con la corriente y cómo está era fuerte y había buena profundidad poco pude hacer para frenarla. Como pude crucé el río y por la otra orilla fui ganando línea mientras la marrón no aflojaba nada, era grande pero no enorme y me costaba entender de donde sacaba tanto aguante. Finalmente mi hijo Felipe vadeando abajo de la trucha pudo agarrarla de la cola y pudimos admirar una perfecta marrón de más de 20 pulgadas, muy buena para la zona. Al rato Felipe perdió una todavía más grande que soltó la mosca cuando ya estaba planchada. Ese día tuvimos una de las mejores pescas de marrones de la vida porque no paramos de sacar buenas en todo el día hasta que la luz comenzó a abandonarnos y una misteriosa neblina azulada se apoderó de las partes bajas mientras reflejos dorados de un sol que se ocultaba recortaban la silueta de las montañas. Viendo con asombro cómo iba cambiando el paisaje nos pareció que no hacía falta sacar ni una trucha más de ese sitio Perfecto. Había sido un privilegio conocer aguas que esencialmente no han cambiado desde la época de los pioneros y entregan el espíritu de la naturaleza Norteamericana del mismo modo que existió hace cientos de años. Volvimos como pescadores felices que habían experimentado un inmenso éxito con solo los recuerdos en nuestras mentes y unas pocas fotos que no pesaban en las mochilas.